- BID 1 (9/4/13) EL PODER DE LOS BUENOS SENTIMIENTOS.
Durante la clase teórica de hoy hemos tratado el tema: el poder de
los buenos sentimientos.
Hemos concluido que las emociones positivas repercuten en nuestra
calidad de vida en general. Pues hemos comentado algunos estudios en los
que se ha observado como las personas con sentimientos más positivos tienen
mejor salud a largo y corto plazo.
Un ejemplo es el estudio longitudinal realizado a unas monjas. Se
les pidió que completasen un cuestionario con el que se pretendía determinar
sus rasgos de personalidad, si eran personas alegres y positivas o no. Años más
tarde volvieron a este mismo convento y estudiaron la salud y longevidad de
estas monjas. Las predicciones coincidían, las monjas más positivas vivían más
años y con un mejor estado de salud.
Después de esto muchos fueron los investigadores que continuaron
haciendo estudios relacionados con este fenómenos, la psicología positiva se
puso de `moda´, puesto que se vio que era algo muy positivo y que podía
beneficiar nuestra salud.
Como conclusión debemos destacar que los buenos sentimientos,
felices, alegres, influyen en la vida cotidiana y de manera muy positiva.
- BID 3.1 (14/5/13) INTELIGENCIA EMOCIONAL. Introduccion general.
El artículo de lectura que se proponía para hoy trataba sobre
inteligencia emocional. Me ha parecido uno de los temas más interesantes
tratados hasta el momento he aprendido más sobre el extenso y complejo tema de
las emociones.
Tradicionalmente el ser humano y los investigadores y científicos
han otorgado más peso e importancia a la razón que a las emociones. Ya en la
antigüedad los estoicos consideraban la emoción como algo banal, irracional,
propio de las mujeres y su debilidad. A pesar que durante la época del
Romanticismo se intentó resaltar el poder de las emociones, su importancia no
se ha reconocido hasta el siglo XX.
A partir de entonces muchos autores han tratado de definirla y
estudiarla: Robert T. en los años treinta, Wechsler en 1934 quien diseño los
test de inteligencia, hasta en los 80’ Gardner esbozó 7 formas distintas de
inteligencia. Nos es hasta los 90`’ cuando la sociedad incorpora el concepto de
inteligencia emocional.
Actual sabemos que son las emociones las que ejercen una mayor
influencia en nuestra conducta, en cómo somos, e incluso en la salud y en la
enfermedad, algo realmente interesante en nuestra profesión. Todos los seres
humanos, por el mero hecho de serlo, somos capaces de reconocer el conjunto de
emociones básicas (ira, miedo, asco, tristeza, sorpresa y alegría). Para
demostrar esto se realizó un experimento con grupo de nativos de Nueva Guinea
que nunca habían visto a un norteamericano. Se les presentaron distintas
fotografías de estos expresando diferentes emociones a través de los gestos
faciales. El éxito fue el esperado demostrando que las emociones se reconocen
de forma transcultural y son reconocidas por todos los seres humanos.
Cuanta mayor capacidad tengamos para reconocer esas emociones en
nosotros mismos y en los demás, de mayor inteligencia emocional estaremos
gozando.
Pero la inteligencia emocional no solo se basa en saber reconocer
las emociones, una parte importante trata de saberlas modular. Por
ejemplo, el miedo nos permite huir de determinadas amenazas, pero en muchas
ocasiones tenemos un miedo infundado, sin sentido, el cual es necesario
reconocer para poder analizar y controlar pues en esa situación no nos está
protegiendo de nada, solo perjudica nuestro bienestar. Del mismo modo que saber
reconocer las emociones positivas para utilizarlas en la ejecución de diversas
tareas, favoreciendo nuestra capacidad de trabajo y creatividad durante la
realización de las mismas.
Pero no debemos olvidar el papel de la razón, pues la razón nos
ayuda a manejar satisfactoriamente nuestras emociones, expresándolas en el
momento oportuno, de la forma oportuna. Además, mediante la razón damos sentido
a las emociones que sentimos, y con ella facilitamos el pensamiento y el
razonamiento. Podemos afirmar, por tanto que la inteligencia emocional no sería
posible sin el componente racional.
Con todo ello, concluimos con que la inteligencia emocional
es más importante que el cociente intelectual como predictor de éxito en la
vida. Ya que el cociente intelectual es innato, algo difícil de cambiar en una
persona, y solo sirve para predecir el éxito a corto plazo. Mientras que la
inteligencia emocional es más una actitud que fundamenta que todo esfuerzo
conlleva una recompensa que, más tarde o más temprano, llegará.
El sistema nervioso autónomo es responsable de la respuesta de
estrés. Este sistema se divide en simpático y parasimpático, respuesta de
activación y relajación, respectivamente. El sistema vegetativo no escapa del
todo a nuestro control, podemos mediante la biorretroalimentación aprender a
modificar de forma consciente sus funciones.
Muchos científicos intentaron encontrar respuestas a por qué a
veces unos órganos se activaban y otros no, en determinadas situaciones. En
principio se pensó que era cosa de la pituitaria. Guillemin y Schally, mediante
ensayos en laboratorio intentaron buscar respuesta. Diariamente, recibían
camiones cargados de cerebros de oveja y cerdo, que desmenuzabn y trituraban
para sus experimentos, durante varios años. Finalmente, en 1971
descubrieron la primera hormona de activación y después la hipotalámica.
Posteriores investigaciones y científicos concluyeron que eran el celebro, y no
la pituitaria, la glándula maestra.
Las hormonas de respuesta de estrés: el hipotálamo libera CRH, que
activa la pituitaria. Esta libera ACTH, que activa a las suprarrenales
para que liberen glucocorticoides.
Cannon descubrió el papel de la adrenalina y la noradrenalina, con
función de huída y lucha; Fue Selye quien descubrió el papel de los glucocorticoides,
que prepararon al organismo para un gran gasto de energía.
Tylor matizó que esta respuesta de huida producida por la
adrenalina era diferente en hombres que en mujeres. En hombres, por naturaleza
más agresivos, esta respuesta es más de lucha y huida; mientras que
en hembras, al tener a cargo a sus crías, la respuesta es más de cuidar y
ofrecer amistad (socialización). Es la oxitocina la responsable de ésta
respuesta femenina, del mismo modo que pueden ser salvajemente agresivas para
proteger a sus crías. Esta respuesta varía también según la especie.
No todos los agentes estresantes producen la misma respuesta de
estrés, varían por ejemplo, frío y calor. Agentes
estresantes idénticos pueden originar diferentes respuestas de estrés, según el
contexto psicológico en que aparezcan.
Algunos efectos de los glucocorticoides, preparan al organismo
para la respuesta de estrés, mientras que otros, lo ayudan a recuperarse. Esto
tiene repercusiones en las enfermedades autoinmunes. Estudios realizados por
Henry demuestran que los agentes estresantes en el individuo, tienen
repercusiones en el sistema cardiovascular. La secreción de glucocorticoides
suele ser una señal de depresión.
En resumen, el estrés nos sirve para salvar el pellejo en
situaciones de emergencia aguda, pero si este estrés es mantenido, tendrá
repercusiones negativas en nuestra salud a largo plazo.
Las relaciones de trabajo tienen profundas repercusiones en la
salud emocional y física y en el bienestar de los trabajadores. Las enfermeras
son grupo expuesto a acoso laboral según demuestran los estudios realizados.
Por lo general la víctima de acoso es incapaz de defenderse
ante el ‘ataque’ esto es lo que diferencia a esta situación de un simple
conflicto laboral. Diferenciado por Lreymann en su definición de mobbing. Se
considera acoso cuando el trabajador experimenta al menos dos actos negativos
semanales durante un periodo de seis meses o más, sin poder hacer frente a
estas situaciones. La víctima y el acosador pueden tener igual poder aunque lo
habitual es que el acosador tenga mayor estatus. En el caso de las enfermeras,
este acoso puede producirse por parte de los propios pacientes.
Se considera a coso laboral cualquier amenaza al estatus laboral,
comentarios despectivos, humillaciones, etc. Suelen poner en peligro el estatus
social de la persona mediante amenazas, agresión y difusión de rumores. También
se considera acoso el aislamiento social, la asignación de tareas sin
sentido...
El acoso laboral ejerce un efecto estresante sobre la salud y
aumenta las tasas de trastornos psicológicos, incluyendo la contemplación del
suicidio. Asi como también influye en la salud física en forma de dolencias
pscicosomáticas (mareos, etc.), mayor incidencia de enfermedades crónicas,
mayor índice de masa corporal, así como riesgo aumentado de padecer
enfermedades cardiovasculares. Puede incluso afectar a la salud del grupo o
equipo de trabajo, pues los testigos de situaciones de acoso también
sufren estrés y manifiestan una menor satisfacción laboral. Trasciende en la
forma de trabajar de las victimas, pues pueden sufrir un desgaste.
Como cierre podemos decir que las enfermeras son un grupo oprimido
que continúa sufriendo mucho acoso laboral y este puede repercutir en su
trabajo (afectando colateralmente a los pacientes que reciben sus cuidados) y
en su salud. Los responsables y supervisores deben ser conscientes de esto y
poner solución tan rápidamente como se detecte, así como determinar medidas de
prevención. Las soluciones al problema del acoso se encuentran en identificar y
eliminar factores de la organización que permitan florecer el acoso. Además a
las organizaciones también les conviene eliminarlo puesto que reduciría en
parte la tasa de enfermedad.
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